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domingo, 6 de marzo de 2011

¿Una ley que acabará con los problemas o con los síntomas?

Ante los diversos problemas conflictivos que se han ido sucediendo últimamente en las aulas, se ha creado una ley que otorga una mayor autoridad al profesor y que trata de crear una mejor convivencia en las aulas mediante la aplicación de sus principios, en principio todos los problemas de convivencia estarían resueltos con la aplicación de esta ley, pero no hay que olvidar que aun así no se acaba el problema ya que la mala convivencia en las aulas es el resultado y no la raíz del problema.

El problema es que el alumno desconoce las reglas elementales de convivencia y estas no deben imponerse desde arriba sino que tanto profesores como padres deben educar a los chicos en ellas. La familias, por tanto, tienen que estar implicadas en este proceso.

Una ley que otorgue mayor autoridad al profesor va a atajar los síntomas del problema y no la raíz del mismo. Ante una autoridad impuesta por ley los alumnos solo juegan el papel de seres sometidos que no tienen voz ni opinión, no se convierten por tanto en los protagonistas de la educación si no que se les imponen unas normas. Sin embargo, no se fomenta el respeto sino el sometimiento.

Algunas de las consecuencias de esta ley son que su palabra será más confiable, por definición, que la de un alumno, y, además, un intento de agresión hacia él será considerado como un delito. Los problemas que se produzcan en las clases podrán dirigirse al juzgado. En caso de ser condenado, el chaval –o chavala—podría terminar encerrado, de 1 a 4 años, en alguna clase de correccional.

Por otra parte, otros encargados de educar a su hijo, los padres, deberán aceptar el cambio, firmando expresamente un escrito de consentimiento. Tal actuación les obligará a aceptar lo que pueda suceder en un futuro a partir de la aplicación de esta ley.

Por tanto, hay un intento de regular todo pero no de educar en valores, los problemas puntuales se resuelven si hay una ley de por medio pero el problema de raíz persiste. ¿Qué piensan los alumnos de esto? ¿alguien se molestó en preguntarles?

Si solo se acatan las decisiones de los que tienen poder sancionador sobre nosotros no estamos fomentando la convivencia sino el miedo al castigo.

Por el contrario a esta ley, la sociedad y los medios de comunicación transmiten casi todo lo contrario: el riesgo, la impulsividad, la apariencia y la cultura juvenil, el éxito que se consigue a base de provocar escándalo, placer inmediato y rebeldía. Y esto necesariamente va a crear un conflicto. De modo que una ley no puede cambiar toda esa educación que se esta dando en valores. Y la verdadera cuestión es que deberíamos revisar si todo esto que se está transmitiendo son valores que fomentan la convivencia o que por el contrario fomentan la rebeldía y la falta de responsabilidad.

Todos educamos, y el problema se debe resolver con educación en valores, sin embargo con esta serie de normas estamos imponiendo la autoridad y no educando para que se consiga un verdadero respeto por la autoridad del docente.

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